DESCRIPCIÓN DE LA FIESTA:
El origen castreño del caldo de ósos (caldo de huesos) llevó, en 1987, a la Asociación Cultural 0 Carballo a luchar por su recuperación a través de la celebración de una fiesta de exaltación de este producto. Sin embargo, este evento desapareció durante tres años para resurgir nuevamente en 1993, con el decidido apoyo de la corporación municipal. Este plato es uno de los muchos que exalta al cerdo, sustento importante de la economía gallega, del que todo es aprovechable.

La tarde de la víspera de la fiesta hay pregón, degustación gratuita de caldo y verbena. Ya el día grande, a partir de la una de la tarde, se desarrolla una nueva cata también gratuita. A ésta le sigue la comida oficial con las autoridades locales y las visitantes. Además, los que quieran probar otras variedades culinarias, podrán degustar otros platos como los cachelos con costilla adobada, las filloas con miel y los vinos del país, preferentemente de la Ribeira Sacra. Como actividades complementarias hay exposiciones de maquinaria agrícola y productos de la tierra.

PRODUCTO.

Los condimentos necesarios para la elaboración de este plato se encuentran en el entorno de Taboada, ya que este municipio posee una ganadería de gran calidad y abundantes pastos y plantas forrajeras. También destacan la patata y el vino, éste último estrechamente vinculado con el de la Ribeira Sacra, debido a que este territorio se asienta entre Taboada y Ulloa.

Para la preparación del caldo de ósos se pelan las fibras de los huesos del espinazo y se echan en una olla con agua. A continuación, y con el propósito de darle sustancia, se añaden miolos (sesos) junto con garbanzos, patatas y guindilla. Se agrega sal a la mezcla. Aparte, se preparan los ingredientes para un refrito que se compone de media cucharada de pimiento dulce, medio vaso de aceite, un pedazo de unto y cuatro dientes de ajo.

Una vez mezclado, se cuece todo en una olla y se le añade un poco de agua y pimiento dulce. Se remueve bien y queda listo para servir a los comensales en recipientes tradicionales. El vino se beberá en tazas de barro que pueden adquirirse allí mismo a un módico precio.