DESCRIPCIÓN DE LA FIESTA:
Avanzada la tarde del 18 de agosto, en el arbolado que linda con la playa de Sada, sitio conocido por los lugareños como Curruncho, se inicia el ya más que tradicional acto de asar las sardinas. La degustación en esta multitudinaria fiesta es gratis y el pescado va a acompañado de un poco de pan de borona y vino, que se vende a precio de coste. No obstante, aunque la afluencia de gente es impresionante y apenas es posible el movimiento, a medida que avanza la jornada, los asistentes van haciendo sitio para el baile, que durará hasta altas horas de la madrugada.

Las sardinas de esta villa de origen pescador han tenido siempre mucho prestigio, siendo consideradas por algunos unas de las más valiosas de la Comunidad. Esta gran sardíñada sirve de colofón a las fiestas de San Roque, patrón de la población marinera. En referencia a sus orígenes, no hay nada claro, y si bien unos se remontan a la época de la posguerra, cuando mucha gente iba a los barcos a buscar alguna sardina que llevarse a casa, otros apuntan hacia un período de decadencia en la comercialización de la sardina como motivo de esta fiesta.
Sea cual fuere la causa, Sada se ha convertido en la cuna de la fiesta de la sardina. Sin embargo, esto no impide que las exaltaciones de este producto se multipliquen por Galicia. Las provincias de A Coruña y Pontevedra son las más aficionadas a este manjar, siendo la fiesta de Cortegada, en el municipio de Silleda, una de las más recientes.

PRODUCTO

Son muchos los que dicen que la sardina cuanto más al natural, mejor, y por ello, el que acude a Sada degusta la sardina fresca asada. La receta es muy sencilla: recién traída del mar, se sala. A continuación, reposa una hora y, finalmente, se asa. El mejor modo de saborearlas es colocarlas sobre pan de borona y acompañarlas de vino. En otros puestos se pueden degustar las sardinas lañadas, cuya preparación consiste en lavarlas, abrirlas y quitarles todo el interior, además de la cabeza. Acto seguido, se las rellena de sal, se las coloca en una fuente, se extiende otra capa de sal y se dejan transcurrir unos días. Pasado este tiempo, se retira la sal, se lavan y se cuecen. En caso de que hayan sido saladas durante mucho tiempo, se pueden poner en remojo durante 24 horas.
Pero los que visiten Sada en busca de platos más preparados pueden acudir a cualquiera de los variados restaurantes de la zona y saborear unas sardinas a la gallega, plato que se elabora al horno en una cazuela con manteca, cebolla picada, laurel y sal.